
Pujol: Un pajarito nos contó lo emocionado y ansioso que estaba por nuestra visita. La alegría por vernos le duró 5 minutos. A partir de ahí se volvió gruñón y pesado. Se mantuvo en un estado continuo de cabreo y pataletas. Nos consta que hubo quien estuve planeando asesinarlo en la selva o sacrificarlo cual gorrino en los altares de Tikal. En efecto lejos de apoyar a quienes sufrian los ataques de Moctezuma, hizo mofa y burla. Para los que no estuvieron, hay que decir que Pujol ha cambiado. Ahora se pasea por la selva con un bolsito de winnie de pooh, viste camisetas rosas y se pone sombreros de flores para protegerse del sol. Seguramente le eche la culpa a Luiza quien en efecto no tiene los 25 años de experiencia de su madre, cuidandolo, vistiendolo, lavandolo…

Luiza: Mucho más paciente que Pujol nos hizo de guía por Antigua, Monterrico, Pacaya… Una extraña enfermedad de la que por suerte se recupero rápidamente evitó una tragedia segura en las fiestas populares de coban. Se ha convertido en una experta negociadora en los mercados de todo Guatemala. Todos tenemos muchas ganas de leer su libro.

Barrus: Si bien no perdió ningún avión si que se metió en todos los líos. Nos lo encontramos al llegar a Antigua con un machete de 50 cm que había comprado a un campesino y con el que se paseo por todo Guatemala. Estuvo presente en todas las aventurillas, tirandose de cabeza por las cascadas de semuc champey, abriendo camino en la selva, colgándose de las lianas de los siete altares o bailando en la pared. Pero no todo fue hacer el mal. También tuvo tiempo para empezar la construcción de su hotel de 35 plantas en la costa del pacifico.

Cristobal 2: Campesino, costurero y guía de excursiones por la selva del peten. Fue uno más y se gano nuestro cariño y admiración. Nos cuido con sus conocimientos de la selva dándonos hoja de pimienta que al parecer lo curo todo. No enseño el mundo “similar maya” y sus costumbres. El pobre tuvo que soportar el duro interrogatorio al que le sometió Idoia para comprobar lo sincero que era para con su mujer e hijas además se caer también victima de la venganza de Moctezuma.

Xabi: Nos explicó insistentemente durante todo el viaje que él era vasco. Trató de introducir sensatez y precaución donde nunca debía ni podía haberla. Dejaba ver su mejor faceta tras la caída del Sol bebiendo y bailando hasta quedarse solo en la pista. Momento en el que siempre conseguía acabar yéndose a la cama con alguna o varias gringas. Pero su mayor super poder fueron los quebranta mentes. En la lancha a la deriva, en la selva o a orillas del pacifico Xabi resolvió los sudokus mas complicados.

Moreno: A pesar de un gran comienzo de viaje, con un pensamiento extremadamente positivo que nadie conocía y una energía digna de unos niños gemelos; fue decayendo poco a poco debido a su despertar a horas intempestivas y por la seducción de Montezuma, hasta convertirse en un sub-ser de la especie de los mandriles (esos que tienen el culo rosa). Su caminar el último día de la selva permanecerá eternamente en nuestro recuerdo.

Idoia: Si te pierdes por la jungla, en una isla desierta, en una farra reggea, en un hostal lujoso siempre la encontraras. Con sus famosas conversaciones sobre “lo que se le ocurra en ese momento” amenizó esas duras jornadas (sobre todo las de la selva encontrando su álter ego en los monos aulladores) y dirigió a Cristobal dos por el camino correcto cuando nos seguía por una indisposición.

Iñigo el “Bilbaíno”: Cuando nos dijeron a todos nosotros que un bilbaíno nos iba a acompañar en este viaje, pensamos lo peor. Pero he de decir que los bilbaínos si no hablan de futbol y si son acallados por Idoia, no son del todo malos. Se sumergió a las profundidades en busca de caracolas y langostas, saltó de manera acrobática en la cascada o escaló el Acatenango sin decir a penas ninguna palabra extremadamente positiva sobre su ciudad o su persona. Un auténtico logro (y os lo dice un nieto de bilbaíno).

Javi: Con sus dos metros de alto oteó el horizonte, nos abrió un agujero en el lago para que nosotros saltásemos desde el embarcadero, nos salvó como un auténtico super héroe de nuestro naufragio (siempre quedará en nuestra memoria esa frase que le dijo a Barrus: “tu irás a esa boda en Estados Unidos”), etc. Su estancia con nosotros fue corta, pero visible, como su espigado cuerpo. Si le buscáis estará en Bali... cabrón.

La Furia: Su infección con influenza pocina (¿por qué ahora se llama A1?), limitó sus energías durante el viaje:
- al principio, donde dormitó sin parar en nuestro sofá en Antigua;
- en la mitad, cuando en Livingston intentó hacer una txurticiera (irse sin avisar) cuando la noche apenas había empezado o cuando se sumergió en una de las hamacas en la isla de Belice;
- o al final, cuando en el lago Atitlán sólo quería que el tiempo discurriese de manera horizontal.
Su afamado dicho “estoy hecho un cristo” retumbó por todos los rincones de Guatemala y el día que se fue, hubo una manifestación de sofás, hamacas y similares para reivindicar un aumento de sueldo.

Dela+: Su nariz y su oscuro color de piel fue una limitación para él en nuestro treking en la selva (a pesar de que se quiso disfrazar de Rambo con su ridículo cuchillo), pero no lo fue para la conquista de las locales, para que una negrita entrada en carnes le bailase la lavadora y para sus ya conocidos rituales a la hora de comer separando los alimentos verdes, amarillos, rojos, marrones y de cualquier color excepto el blanco del arroz (¿harás eso también delante de tus hijos?). Lo que vino a hacer Dela+ a Guatemala ya lo hizo y bien hecho además, pudo poner una X en su ciento y pico mil país visitado. Y todo lo demás no importa.
Increíble chavales!
ResponderEliminarMe ha encantado vuestra historia, he pasado un rato genial leyendo.
P.D. Me encanta esta última foto de dela+, sale de lo más sexy que te he visto nunca...