viernes, 11 de septiembre de 2009

Valoraciones personales de nuestro viaje guatemalteco

viernes, 11 de septiembre de 2009 1
Pujol: Un pajarito nos contó lo emocionado y ansioso que estaba por nuestra visita. La alegría por vernos le duró 5 minutos. A partir de ahí se volvió gruñón y pesado. Se mantuvo en un estado continuo de cabreo y pataletas. Nos consta que hubo quien estuve planeando asesinarlo en la selva o sacrificarlo cual gorrino en los altares de Tikal. En efecto lejos de apoyar a quienes sufrian los ataques de Moctezuma, hizo mofa y burla. Para los que no estuvieron, hay que decir que Pujol ha cambiado. Ahora se pasea por la selva con un bolsito de winnie de pooh, viste camisetas rosas y se pone sombreros de flores para protegerse del sol. Seguramente le eche la culpa a Luiza quien en efecto no tiene los 25 años de experiencia de su madre, cuidandolo, vistiendolo, lavandolo…

Luiza: Mucho más paciente que Pujol nos hizo de guía por Antigua, Monterrico, Pacaya… Una extraña enfermedad de la que por suerte se recupero rápidamente evitó una tragedia segura en las fiestas populares de coban. Se ha convertido en una experta negociadora en los mercados de todo Guatemala. Todos tenemos muchas ganas de leer su libro.



Barrus: Si bien no perdió ningún avión si que se metió en todos los líos. Nos lo encontramos al llegar a Antigua con un machete de 50 cm que había comprado a un campesino y con el que se paseo por todo Guatemala. Estuvo presente en todas las aventurillas, tirandose de cabeza por las cascadas de semuc champey, abriendo camino en la selva, colgándose de las lianas de los siete altares o bailando en la pared. Pero no todo fue hacer el mal. También tuvo tiempo para empezar la construcción de su hotel de 35 plantas en la costa del pacifico.

Cristobal 2: Campesino, costurero y guía de excursiones por la selva del peten. Fue uno más y se gano nuestro cariño y admiración. Nos cuido con sus conocimientos de la selva dándonos hoja de pimienta que al parecer lo curo todo. No enseño el mundo “similar maya” y sus costumbres. El pobre tuvo que soportar el duro interrogatorio al que le sometió Idoia para comprobar lo sincero que era para con su mujer e hijas además se caer también victima de la venganza de Moctezuma.



Xabi: Nos explicó insistentemente durante todo el viaje que él era vasco. Trató de introducir sensatez y precaución donde nunca debía ni podía haberla. Dejaba ver su mejor faceta tras la caída del Sol bebiendo y bailando hasta quedarse solo en la pista. Momento en el que siempre conseguía acabar yéndose a la cama con alguna o varias gringas. Pero su mayor super poder fueron los quebranta mentes. En la lancha a la deriva, en la selva o a orillas del pacifico Xabi resolvió los sudokus mas complicados.


Moreno: A pesar de un gran comienzo de viaje, con un pensamiento extremadamente positivo que nadie conocía y una energía digna de unos niños gemelos; fue decayendo poco a poco debido a su despertar a horas intempestivas y por la seducción de Montezuma, hasta convertirse en un sub-ser de la especie de los mandriles (esos que tienen el culo rosa). Su caminar el último día de la selva permanecerá eternamente en nuestro recuerdo.



Idoia: Si te pierdes por la jungla, en una isla desierta, en una farra reggea, en un hostal lujoso siempre la encontraras. Con sus famosas conversaciones sobre “lo que se le ocurra en ese momento” amenizó esas duras jornadas (sobre todo las de la selva encontrando su álter ego en los monos aulladores) y dirigió a Cristobal dos por el camino correcto cuando nos seguía por una indisposición.




Iñigo el “Bilbaíno”: Cuando nos dijeron a todos nosotros que un bilbaíno nos iba a acompañar en este viaje, pensamos lo peor. Pero he de decir que los bilbaínos si no hablan de futbol y si son acallados por Idoia, no son del todo malos. Se sumergió a las profundidades en busca de caracolas y langostas, saltó de manera acrobática en la cascada o escaló el Acatenango sin decir a penas ninguna palabra extremadamente positiva sobre su ciudad o su persona. Un auténtico logro (y os lo dice un nieto de bilbaíno).


Javi: Con sus dos metros de alto oteó el horizonte, nos abrió un agujero en el lago para que nosotros saltásemos desde el embarcadero, nos salvó como un auténtico super héroe de nuestro naufragio (siempre quedará en nuestra memoria esa frase que le dijo a Barrus: “tu irás a esa boda en Estados Unidos”), etc. Su estancia con nosotros fue corta, pero visible, como su espigado cuerpo. Si le buscáis estará en Bali... cabrón.



La Furia: Su infección con influenza pocina (¿por qué ahora se llama A1?), limitó sus energías durante el viaje:
- al principio, donde dormitó sin parar en nuestro sofá en Antigua;
- en la mitad, cuando en Livingston intentó hacer una txurticiera (irse sin avisar) cuando la noche apenas había empezado o cuando se sumergió en una de las hamacas en la isla de Belice;
- o al final, cuando en el lago Atitlán sólo quería que el tiempo discurriese de manera horizontal.
Su afamado dicho “estoy hecho un cristo” retumbó por todos los rincones de Guatemala y el día que se fue, hubo una manifestación de sofás, hamacas y similares para reivindicar un aumento de sueldo.

Dela+: Su nariz y su oscuro color de piel fue una limitación para él en nuestro treking en la selva (a pesar de que se quiso disfrazar de Rambo con su ridículo cuchillo), pero no lo fue para la conquista de las locales, para que una negrita entrada en carnes le bailase la lavadora y para sus ya conocidos rituales a la hora de comer separando los alimentos verdes, amarillos, rojos, marrones y de cualquier color excepto el blanco del arroz (¿harás eso también delante de tus hijos?). Lo que vino a hacer Dela+ a Guatemala ya lo hizo y bien hecho además, pudo poner una X en su ciento y pico mil país visitado. Y todo lo demás no importa.

Que contento estoy de estar aquí: las antologicas frases del viaje

"Creo que es por Aquí". La primera mañana en La Antigua me quede solo con Iñigo quien se propuso a enseñarme la ciudad. El problema es que como buen Bilbaíno solo quería fardar y en realidad no conocía la ciudad en absoluto. No tardo ni dos cuadras en empezar a decir "creo que es por aquí...", lo más sorprendente es que cuando ya habíamos llegado a los límites de la ciudad y estábamos a punto de empezar la subida al volcán apareció un personaje risueño y alegre conduciendo un Santa Fe. Solo hay una cosa peor que perderse con un bilbaino, y es que sea Barrus quien te encuentre. Barrus nunca se percató de nuestra situación así que nunca llego a saber que si no llega a ser por él, Iñigo y yo seguiría diciendo "creo que es por aquí..."


Pujol comentaba las bondades de las carreteras guatemaltecas diciendo: “las carreteras de Guatemala casi son mejores que las de España”. Poco a poco vimos la realidad. Carreteras sin asfalto, carreteras debajo de un desprendimiento, carretaras que se cortan, carreteras que solo tienen tumulos, carreteras...


¿A que hora las queréis? Al llegar a Livingston y después de comer un tapado nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Pasamos por el cementerio en el que había un fiestón y la gente bailaba alegremente sobre las tumbas. Un poco más adelante se nos acercó un hombre para conseguir que fuésemos a su discoteca.

  • Aquí a partir de las 9pm hay música garifunas en vivo y mucha fiesta

  • Pero hay chicas?

  • Chicas? A que hora las queréis?

  • No, no si hay chicas en la fiesta?

  • Si muchas pero traed paraguas que aquí llueve sobre mojado.

Efectivamente, por la noche de camino de la discoteca, nos calló una tormenta caribeña que nos dejó pasados por agua.


"Es una de mis top 3 farras" dijo Barrus sin todavía saber lo cerca que iba a estar de ser la ultima. Efectivamente aquella noche en livingston, a orillas del caribe, descubrimos el "baile de la pared", bailamos descalzos bajo la lluvia música garifuna, nos emborrachamos como piojos, corrimos desnudos por el porche del hotel y mucho más.


"Llegamos en 50 minutos, 1 hora, Es rápido" Nos aseguró el lanchero que nos llevaba a Belice justo 3 minutos antes de que el motor se parase y nos quedásemos a la deriva sin radio ni cobertura móvil durante 10 horas...


"Lo que debes hacer es mirar al horizonte". Este fue el consejo que Josu le dio a Javi cuando estábamos en nuestra lancha a la deriva en el caribe y el más joven del grupo se estaba mareando. No es que Josu sea un marino experimentado y se haya enfrentado en numerosas ocasiones a la furia del mar. Josu es simplemente un admirador de Bear Grylls.


Nuestra dramática situación en pleno mar del caribe dio para otra frase ocurrente..."Tenemos que pensar que podemos hacer para que este día se convierta en el mejor de nuestras vidas!" exclamó Xabi mientras terminaba un sudoku. Por aquel entonces nos contentábamos con que no fuese el último... Todos pensamos que tras esa frase haría algo heroico por sacarnos de aquella penosa situación. En realidad todo lo que hizo fue empezar otro sudoku.


"Similar Maya". Cristobal, nuestro entrañable guía por la selva del peten, acuño esta coletilla para definir todo lo que nos salía al paso. De esta forma sus bailes no eran mayas pero sí “similar maya”, las comidas que nos preparaba tampoco eran mayas pero sí “similar maya”.


"Soy una autentica maquina de matar". Esta frase la dijo De La Cruz tras atarse al tobillo con un trozo de cuerda un puñal que se había comprado en un mercado turístico. Intentaba decirla con una tono amenazador que no conseguía más que provocar todavía más risas. Hasta el guía le apodó a llamar "Jon Rambo"


"ya te estas volviendo como estos". Al comentarnos el bilbaino la enésima bilbainada, Xabi quien es de Azpeitia cometió la imprudencia de entrarle al trapo, cosa que cualquier donostiarra sabe que nunca hay que hacer con un bilbaino, y le rebatió todo lo que había dicho. La replica del Iñigo fue un cortante pero educado “Idiota”. Idoia no sabemos si a modo de reproche o de cumplido le dijo “ya te estas volviendo como estos?!?!”.


"solo he cagado sólido los 5 primeros días". La venganza de Moctezuma fue un compañero más de viaje para casi todos. En concreto yo mismo me lamente de esta situación. Incluso nuestro querido guía Cristobal2 se vio afectado. Lastima que Moctezuma esté muerto...


"cierra la ventanilla que nos van a meter un machete". Cada vez que pasábamos por algún pueblecito de humildes campesinos, de los que cada día salen a trabajar para luchar contra la pobreza y conseguir algo de comida para sus familias, Josu y Xabi dominados por el pánico gritaban esa injusta frase mientras se abalanzaban a los controles centralizados del todoterreno para cerrarla ellos mismos ante mi rotunda negativa.

Es una triste muestra de lo frágil que es la tolerancia hacia los extraños cuando dejamos que el miedo nos invada.


"Es un riesgo innecesario". Circular por carreteras que literalmente habían desaparecido, bañarse en agua dulce, saltar al agua desde las rocas, columpiarse con las lianas, sacar fotos a una colmena de avispas, bajar la ventanilla del coche, todo esto y muchas cosas más le parecían a Xabi “un riesgo innecesario” y así nos lo hacia saber incansablemente para él.



"Que contento estoy de estar aquí que me voy a morir con mis amigos" Curiosamente esta gran frase, llena de sabiduría, sentido común y que recoge el espíritu de como afrontar los obstáculos y dificultades que el viaje nos pone la pronuncio barrus cuando estamos pasando una montaña que se había derrumbado completamente. Algunos ya estaban diciendo que seguir adelante era un riesgo innecesario, que no merecía la pena y que lo mejor era darse media vuelta, en eso que Barrus dejo el volante, salio del coche y con una sonrisa de oreja a oreja y lleno de alegría exclamó "Que contento estoy de estar aquí que me voy a morir con mis amigos". Anotada queda...


En fin que espero que pronto volvamos a sentir la misma alegría de estar todos juntos corriendo todos los “riesgos innecesarios” que se nos ocurran en alguna otra parte del mundo...

Los Ultimos dias en Monterrico y el Mañanitas por Gorka "Escocio" Moreno

Solo quedabamos Xabi y yo acompañados por Luiza y Pujol. Idoia e Iñigo hacia ya dias que se habían marchado a Mexico, Javi a Australia y el resto volaba hacia Las Vegas.

El viaje tocaba prácticamente a su fin. Para entonces habíamos aprendido a bailar música garifuna, a abrir cocos a machetazos, nos habiamos bebido más ron que todos los piratas del Caribe juntos, sido náufragos a la deriva, expedicionarios en la jungla del Petén, escalado volcanes en erupción y navegado por lagos de volcanes dormidos.

La vispera, fuimos los 4 que quedábamos a una agencia a reservar un Shuttle que nos llevase a Monterrico. Un pequeño pueblo en la costa del Océano Pacifico muy cercano a Antigua. Entraron Pujol y Luiza a negociar el precio. Xabi y yo nos quedamos fuera. Al intuir que las negociaciones no avanzaban por falta de acuerdo, entré en la agencia y con los brazos levantados empecé a gritar “Chicken Bus, Chicken Bus”. El agente al ver tal grado de locura e insensatez y que estábamos dispuestos a ir en Chicken Bus si no bajaba el precio tuvo que ceder.

Llegamos a Monterrico pronto por la mañana mientras Pujol se quedó trabajando en Guatemala. Cogimos unas habitaciones en un hotelillo a orillas del océano, comimos algo y descansamos un buen rato en las hamacas esperando el atardecer. Xabi, apenas se mojo los pies en el pacifico ante el “riesgo innecesario” que el fuerte oleaje suponía.

Nuevamente tuvimos unas duras negociaciones para reservar unos caballos para dar un paseo por la orilla del mar. Finalmente conseguimos que el dueño de unos caballos nos hiciese un buen precio. El buen hombre además de conocer las razas de caballos españoles, soñaba con poder comprar algún día una montura española mucho más caras que las americanas.

Cuando volvíamos tras un romántico paseo a caballo al atardecer por la orilla del océano, Pujol nos saludaba con una gallo en la mano desde la terraza del Mañanitas. El Bar más fashion del pueblecito. Nos tomamos todos juntos los primeros mojitos de la noche antes de cenar y emborracharnos con más ron todavía hasta altas horas de la madrugada.

A la mañana siguiente visitamos los manglares de Monterrico guiados por Mónica, la única mujer del pueblo que trabajaba en el Manglar y debía enfrentarse al rechazo de los hombres.

Después volvimos al Mañanitas para comer un pez sierra cada uno antes de volver a Antigua en el descapotable de Pujol donde pasamos la última noche con Luiza y Pujol cenando en un restaurante vegetariano. Al final y solo al final tuvimos algo de compasión con luiza. Resulto muy interesante ya que además del restaurante, en el casa colonial en la que se encontraba el restaurante, también tostaban granos de café y de cacao que envasaban ahí mismo y exportaban a España y Estados Unidos principalmente.

A la mañana siguiente, nos despedimos en el aeropuerto de la Aurora. A Xabi y a mi nos quedaba por delante enfrentarnos a la larga vuelta a casa… y lo que es peor al trabajo!!
Ya solo nos queda pensar en que pronto estaremos juntos en una nueva aventura aunque va a ser muy difícil no echar de menos Guatemala e imposible olvidarla.

Gracias a todos en especial a Idoia, Luiza y Frijolito.

Con miedo de hundirme en el lago Atitlan por Borja "los negros no flotan" Dela+

Tras 10 días de viaje, el grupo había empezado a perder integrantes. Primero había sido el largo Javier, y luego fueron Idoia y el tipo bilbaino los que abandonaron el barco en la ciudad de Flores. En el 10º día llegábamos al bello lago Atitlan, lugar en el que el Bolón y la parejita Luiza-Pujol nos dejaron hasta más ver a 4 personajes que no querían dar por terminado el viaje: Petra, Moreno, Uretra y mi negra persona que comenzaron un mini-viaje de 3 días patrocinado por “Cervezas Gallo” y “Almacenes El Pestuzo”.


Con aterioridad habíamos pasado por el mercado de Chichicastenango donde todos hicimos compras para nuestros seres querido y donde "el bote" compró todas las cosas que encontraba de color azul. Y decí esto para mis compañeros de curro, esto para el que me vende el kebab debajo de casa, etc, etc.

Para mi esta parte del viaje suponía un riesgo, ya que al tener la tez oscura y no poder flotar, el hecho de estar rodeado de agua durante 3 días suponía un riesgo innecesario!

Llegamos un domingo y ya desde el principio se veían dos tendencias en los integrantes del grupo: 2 que queríamos templos a toda costa, y otros 2 más partidarios de la tranquilidad (aunque a petra no hacía mucha falta insistirle, es un buen hombre de farra). La 4ª persona, Uria, ahora más conocido por Inerto por su condición de ser inerte y sin vida, mas partidario de la vida como ermitaño y del movimiento nulo del ser humano, lo teníamos en contra, pero ello no fue obstáculo ninguno para salir (o intentarlo) las 2 noches que pasamos por estos parajes.

Durante el día pudimos disfrutar de la belleza de este lago, aunque no sea comparable con otro tipo de bellezas con curvaturas. Teniendo como base social el pueblo de San Pedro, pudimos descubrir otras pequeñas a la par que recónditas y bellas poblaciones, de las que la cerveza Gallo no me ha dejado acordarme; mientras Uria se nos iba muriendo en el camino, moreno atascando wc uno tras otro, y petra y mi persona pudimos disfrutar de unas exquisitas quesadillas del primer cocinero centroamericano con Estrellas Michelin. Todo esto, siempre acompañado de la exquisita y deliciosa cerveza Gallo, que hizo en todo momento el viaje más ameno.

Quitando los intentos de salidas a templos nocturnos, el resto del tiempo fue un pestuce bastante importante (para alborozo de Inerto), con la curva de máxima actividad en los momentos en los que nos deslizábamos con el Kayak por las gélidas aguas del bello Lago en busca de algún pez, ballena, oso polar o similar que llevarnos a nuestro hambriento gaznate.

Fue un bello viaje, y lo cierto es que el Lago Atitlán tenía muchas cosas bonitas, pero nada comparable con lo que pudimos ver días después en un templo maya conocido como “Mono Loco” en Antigua. Buen bakailu si señor.

Las carreteras de Guatemala por Luiza "lleva los pantalones"

Las carreteras de Guatemala son mejores que las de España o una historia de miedo (prohibida su lectura a los padres)

Las carreteras de Guatemala son increíbles, adaptables, con vistas sublimes, de la mejor calidad, pero casi inexistentes.

Las carreteras de Guatemala tienen curvas. Curva tras curva, de 45, 60, 90, 180 o 360 grados. Y si es de noche, peor para ti, seguro que te espera una curva justo cuando has relajado la vista despues de mirar atónito como un coche que venia te deslumbra con sus luces largas.

Las carreteras de Guatemala, has adivinado, no respetan las tradicionales reglas de circulación. Tienen algunas propias, de toda la vida:
- como señalizar el cambio de carril con las manos fuera de la ventana
- como ya he mencionado, por la noche mejor reza que no te encuentres con mucha gente que venga del otro lado o te quedaras ciego por las luces largas que nunca se cambian.
- puedes encontrar un coche parado justo en la curva de 360 mas peligrosa que hayas visto nunca.
- o puedes esperar una eternidad detrás de dos motos paralelas que han decidido tener una conversación a 2 por hora.
- pero todo esto se queda en nada si tenemos en cuenta en esta enumeración la forma suicida de conducir que tienen los autobuseros (bus de pollo). Somos conscientes que la vida es corta y que en su caso aun mas. Por eso les dejamos en paz y excusamos cada burrada que hacen con un ¨estos tíos si que viven peligrosamente¨

Las carreteras de Guatemala están llenas de leyendas que no vamos a contar. Si quereis saber alguna de ellas visitad www.leyendasurbanasenlascarreterasdeguatemala.com

Las carreteras de Guatemala tienen agujeros, pero bueno, esto tampoco es tan anormal. Ademas a veces están señalizadas con ramas situadas en la mitad de la carretera.

Las carreteras de Guatemala tienen túmulos. O vibradores. O tumultos. Como quieras llamarles. Resultan en grandes averias en el coche y en tu sistema digestivo si no bajas de velocidad. La mayoría de las veces están señalizados. Otro detalle de real importancia es que la señal puede aparecer después del tumulto. Pero esto también se aprende con unas cuantas cabezadas.

Las carreteras de Guatemala tienen derrumbes. A veces solamente arena, a veces piedras y a veces el monte entero. En esta ultima situación no os preocupéis, habrá una camino adicional de tierra recién formado que os hará pasar la vida entera por delante de los ojos y a Barrus exclamar: ¨estoy feliz! Voy a morir con mis amigos!¨

Las carreteras de Guatemala de vez en cuando desaparecen. Sobre todo cuando hay ríos que cruzan el normal discurrir de la vía. Entonces mejor que construir un puente, se construye una embarcación de madera y metal con motores de fueraborda sobre la que desplazan 6 coches y un camión de una orilla a la otra en cada viaje.

Las carreteras de Guatemala tienen controles de policía o de narcos que te harán bajar del coche y harán pedazos tus maletas en busca de malezas. Se pueden evitar de todas formas como bien os ha enseñado Borja con una buena frase besa-culos: ¨los policías de Guatemala son mejores que los de España. Esos si que son unos cabrones. En cambio vosotros siempre me habéis tratado con respeto¨. Ya esta, tragedia evitada!! Sonrisas y saludos con la mano.

Habrá mucho mas que decir, pero me temo que la censura me cortara las frases. Unos breves consejos:
-tened la vista pegada a la carreteras de Guatemala para evitar agujeros, tumultos, curvas inesperadas.
-cerrad los ojos cuando os meten las largas y rezar 3 Ave Marias (a Borja siempre le ha funcionado)
-alquilad un 4x4
-nunca, pero nunca se os ocurra tomar un bus de pollo
-mejor quedaros en España

Aventura en el río – Semuc Champey por Gorka "escocio" Moreno

***Este articulo debía haber sido escrito por Xabier Zubeldia, pero dada su falta de colaboración ha tenido que ser escrito por otra persona. Un fuerte abucheo para Xabier Zubeldia***

Nos despertamos en Cobán tras varios sobresaltos nocturnos sin una idea clara de a donde ir.

La víspera nos habíamos perdido y no tuvimos más remedio que pasar la noche en esta ciudad del departamento de Alta Verapaz.

Por lo que, por la mañana teniamos que decidir si volver sobre nuestros pasos o visitar Semuc Champey.

Finalmente tras algunas discusiones que acabaron con una pataleta infantil de Pujol decidimos optar por la segunda opción.

Pujol se aferró al volante lo que provocó que tuviésemos que dar varias vueltas por el pueblo para conseguir salir a la carretera donde nos volvimos a equivocar varias veces no sin antes pasar por Pollo Campero. En esto, mientras comíamos las pechugas de pollo en el coche caímos en un control militar. En realidad estaba compuesto por soldados, agentes antinarcóticos y fuerzas especiales. Registraron nuestras maletas en busca de drogas y el coche en busca de armas de fuego escondidas sin dejar de vigilar nuestros movimientos con sus ametralladoras, que se limitaban a comer Pollo mientras les mirábamos impasibles. Pujol intimo con el agente antinarcóticos y nos dejaremos seguir nuestro camino amablemente.

Finalmente encontramos el camino de terraceria para bajar el valle en el que se encontraba el río. Todos nos acordamos de nuestro guía y amigo Cristobal 2 al pasar por Lanquín su pueblo natal y del que se marchó de joven para establecerse en el Petén. Lanquin es un pequeño pueblo indígena de la etnia Quechi donde se cultiva cacao, café y bananos.

Al cabo de media hora conseguimos sortear todos los obstáculos que había en el camino y nos topamos con un río de aguas turquesas. Al aventurarnos con nuestros coches por el puente colgando que permite cruzar el río, numerosos niños salieron a nuestro paso a vendernos granos de cacao, chocolate hecho en por sus madres y todo tipo de frutas. Les prometimos que a la vuelta les compraríamos y nos fuimos directamente al río.

Tras descubrir los recovecos de este sorpréndete paraje enclavado en el fondo un profundo valle nos tiramos al río. Pronto nos separamos. De La Cruz, Barrus y yo vimos la posibilidad de hacer el mal y para allá que nos fuimos apresuradamente. Sin embargo, Chemuc Champey es verdaderamente impresionante y nos dejamos distraer por el paisaje. Descubrimos una cuerda que bajaba por una cascada de 10 metros. Barrus fue el primero en lanzarse sin pensar en los peligros ni como hubiese dicho Xabi en si era "un riesgo innecesario" o no. Cuando De La Cruz y yo nos disponíamos a seguirle, apareció un guardia con un pito impidiéndonos seguir con nuestra aventura. No nos quedó más remedio que volver a nuestra intención inicial y hacer un poco el mal. No hicimos ni p... caso a los insistentes gritos de Pujol y Uria que se oían por todo el valle tratando de localizarnos y poder así marchamos. Tras un buen rato, decidimos volver con los demás pensando en la bronca que íbamos a tener que aguantar. Sin embargo Barrus, del que nos habíamos olvidado todavía no había aparecido. Empezamos a temer por su vida, cuando de pronto surgió de entre la selva descalzo todo exaltado contándonos su aventura.

De vuelta nos volvimos a encontrar con los mismos chavales. Cumplimos nuestra promesa y le compramos unos Bananos a Marina,, una niña de 12 años de Lanquin y una tableta de chocolate hecho por su madre con cacao molido que ellos mismos cultivan a otro niño. Sin duda uno de los mejores chocolates que he probado!!

 
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